La comunicación fluida entre el auditor interno y otras áreas de la empresa es esencial para la auditoría interna 4.0.
Esta nueva forma de auditoría se enfoca en los riesgos tecnológicos emergentes y estratégicos, así como en el desarrollo de nuevas competencias tecnológicas por parte del personal. Es crucial que la auditoría interna se consolide como un vínculo con otras áreas y se adapte a los cambios en los procesos.
Según KPMG
la auditoría interna es fundamental para la transformación del gobierno, riesgos y cumplimiento en las empresas. Es necesario enfrentar los desafíos del entorno empresarial en constante cambio, la transformación digital y el cumplimiento normativo. Para lograrlo, es importante fortalecer la relación con otras partes interesadas, mejorar los procesos de auditoría interna y desarrollar nuevas competencias tecnológicas.
En su artículo «Auditoría interna 4.0: una función en transformación»
KPMG destaca cinco elementos clave a considerar. Estos incluyen la comunicación fluida del auditor interno con otras áreas de la empresa, la revisión constante de los planes de auditoría enfocados en riesgos tecnológicos emergentes y estratégicos, y el uso de herramientas integradas en todo el ciclo de auditoría interna.
Además, se recomienda utilizar la analítica de datos a través de la monitorización continua y modelos analíticos más avanzados. Esto permitirá a la función de auditoría interna proporcionar servicios de valor añadido y colaborar con el negocio en el desarrollo de modelos predictivos y la monitorización de riesgos clave.
Las empresas buscan fortalecer las capacidades tecnológicas de la auditoría interna mediante la contratación de perfiles tecnológicos, la formación en analítica de datos y tecnología, la subcontratación de especialistas externos y el apoyo de los departamentos de tecnologías de la información. Es fundamental adaptarse a los cambios tecnológicos y desarrollar nuevas competencias para garantizar una auditoría interna efectiva en la era digital.
